Brujas. Eso son.
Nos juntamos cual gueto, entre tambores y hechizos. Poderosas, fuertes, brutas. Nos miramos en complicidad extrema. Nos curamos de todo en carcajadas coloradas.
Como no escribirles, como no extrañarlas.
El encuentro donde somos esas mujeres que nadie quiere escuchar, que nadie quiere de novia. Que hablan demasiado, que cogen demasiado, que eructan. Mujeres que opinan, que discuten, que molestan.
Donde somos brutas, brujas, naturales.
Son para mí, liberación.
Son para mí, la excepción al mandato.
Locas, excéntricas, soñadoras.
Las amo con locura. Con la locura que construimos.