Uno no registra lo lindo que canta. Otro explora, humilde, como hacer honor a las letras del que está en frente. En la pequeña luz del joven domingo se entrelazan las palabras justas, el canto y la magia.
A estas horas el alcohol ya no hace efecto y así, permite ver con precisión el temple y la corrección. Yo, enamorada del patio, los miro con ternura.
Los amo, a cada uno, en silencio.
Me duele en el alma las veces que no los puedo admirar. Nunca me duele tanto ser mujer como cuando no los puedo ver amanecer.
Puedo distinguir los colores de como se aman, como se cuidan, como se pertenecen. Veo los hilos que los une, que son trasparentes claro, como los del corazón. Pero a mis ojos la transparencia tiene muchos colores, como la aurora boreal. Como la canción.
Este fenómeno que me inunda el corazón, se disfruta por sus contadas ocasiones. Un gran, gran amigo (que autoproclamó ser mi amigo el día que pague una jarra más de birra) se referiría a esto como algo lindo e indispensable de la vida, que permite disfrutar y atesorar más el momento. Que la vida, sin la posibilidad de fin, no seria vida. Que la posibilidad de que se termine, es la certeza de que sea.
Vuelvo a la mesa larga de madera, vuelvo del trance de pensar todo lo que quiero escribirles, y los veo ahí como en un cuadro.
Los vuelvo a ver así después de un casamiento. Igual. La misma foto. No, foto no. Cuadro, cuadro que tarda en pintarse, que no es estático y siempre se puede agregar un color más, una línea, una sombra, una luz. Como una pintura.
No sé si alguien los ama tanto como yo, seguro que si. Lo que es seguro que nadie los ama así, así como yo los amo. Sin querer poseerlos, ni besarlos. Los amo como quien ama el amanecer, el río, el pitogué que canta a la siesta. Los amo cuando me olvido de amarme a mí y me vuelvo amar. Cuando me olvido de cuidarme, cuando me olvido, me acuerdo de mí en ustedes.
Y solo espero lo mismo que esperan ustedes, que "esas manos no se cansen ni se agote la pasión que las mueve" , espero que sepamos seguir defendiendo el encuentro al alba y que nada ni nadie nos quiera hacer creer que hay cosas mas importantes que el corazón bombeando nostalgia.